Cooperación internacional: historias de vida sobre el terreno
- distopiablanquerna
- 9 mar 2016
- 2 Min. de lectura
Lucía Ramírez, Viladecans

Mesa redonda de Cooperación Internacional. De izquierda a derecha, Sandra Balsells (moderadora), Maria Estabanell, Maria Azcona y Inés Valverde. Por Mar Jiménez.
El acto de Cooperación internacional comenzó con bastante puntualidad -aunque no británica-, ya hacía un rato que las tres chicas que iban a participar, Maria Estabanell, Maria Azcona y Inés Valverde, habían llegado. Yo llegué unos 15 minutos antes y pude ver el buen rollismo que existía entre ellas todo y ser de
edades distintas -una de tercero de carrera y dos de segundo.
También se las veía cómodas, cosa que podía ser gracias a la influencia de los amigos que les habían acompañado y gracias a la charla trivial y divertida que se da en estos casos para distender el ambiente. Pude ver de reojo unas “sospechosas” bolsas que llevaban las tres, que se acercaban a unos muy posibles regalos en agradecimiento a su participación -si mi vista no me falló, eran unos libros; ¿de qué? Ahí ya no llegué.
La sala era bastante pequeña -la 101-, por eso igual se apreciaba aparentemente más volumen de asistentes. La mayoría del público que asistió eran estudiantes -yo diría que de la propia facultad-, se puede decir que estos no fueron tan puntuales como el inicio de la mesa redonda; hecho que molestó un poco a Sandra Balsells, la moderadora -cosa que en sus clases también la irrita sobremanera por lo que he apreciado, aunque a mí me pasaría igual.
Ahondando en el acto en sí y como apreciación general, creo que fue una mesa redonda dinámica y espontánea porque, a pesar de llevar cada participante preparada una presentación con un resumen con fotos de su voluntariado, mostraban una franqueza y naturalidad al hablar de sus experiencias y no un discurso ensayado; ninguna nos quiso vender la moto, no habían ido a promocionar la cooperación como quien promociona un viaje a París para dos, sino que simplemente nos relataron cómo fue ese viaje, las curiosidades y anécdotas y, sobre todo, lo que se llevaron de allí -nada monetario, sólo un cambio de mentalidad y una paz interior.
Lo que me gustó es que todo y que aconsejaban con ahínco que hacer un voluntariado te cambia la vida, además de ayudar a personas sin recibir nada, también existe la posibilidad de ayudar desde aquí a personas tan cercanas a nosotros que hasta podrían ser nuestros vecinos. Y es que la cooperación no es irte sólo al tercer mundo, la cooperación es ayudar en la medida de tus posibilidades.
A continuación os dejamos el enlace al reportaje:
http://distopiablanquerna.wix.com/distopiablanquerna#!reportajes/hklg8
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